22 de febrero – Día Europeo de la Igualdad Salarial
Como conmemoración del 22 de Febrero, queremos compartir un informe que publicó el Banco de España en 2020, “The Child penalty in Spain”, en la serie documentos ocasionales número 2017, realizado por Alicia de Quinto, Laura Hospido y Carlos Sanz.
En este informe se cuantifica cuánto se penaliza a la mujer trabajadora que tiene hijos en nuestro mercado de trabajo.
Tomando como referencia datos de la Vida Laboral de la Seguridad Social, se adopta la metodología utilizada en trabajos previos realizados en otros países para evaluar la existencia de una penalización por hijo en España, analizando diferencias entre hombres y mujeres en su perfil de ingresos tras el nacimiento del primer hijo. Los resultados muestran que los ingresos laborales de las mujeres caen un 11 % en el primer año tras el nacimiento. Sin embargo, los ingresos de los hombres apenas se ven afectados por la paternidad. Este impacto diferencial es aún mayor diez años después del nacimiento. El banco de España estima que la penalización por hijo a largo plazo es del 28 %, similar en magnitud a la encontrada en Suecia y Dinamarca, y menor que la de Reino Unido, Estados Unidos o Alemania.
Quién al final renuncia a tener carrera profesional por volcarse en el cuidado de los hijos es la mujer. Por supuesto, si es una elección voluntaria es perfecto, lo preocupante es que sea impuesta por las circunstancias ante la imposibilidad de encontrar políticas de conciliación y empresas flexibles que permitan desarrollarse en ambas facetas, la de madre y la de profesional que quiere seguir creciendo.
En el caso de los hombres, el nacimiento de los hijos les hace ser percibidos desde un punto de vista profesional como más maduros, centrados en el objetivo y estables.
De hecho el tener hijos penaliza en muchos casos a la mujer a la hora de ascender, aunque afortunadamente no siempre, porque se tiene la creencia de que su foco de atención, dedicación y esfuerzo ha cambiado y su prioridad es otra.
A tenor de estos trabajos parece obvio concluir que las mujeres son más proclives que los hombres a abandonar su empleo cuando afrontan la maternidad.
Y aquí aparece otra variable interesante que hace que aquellas que deciden ser ejecutivas y tener carrera profesional, no reducen su jornada y optan por crecer, tienen horarios extensos con cargos de responsabilidad, y a menudo son percibidas como “malas madres” o al menos como desapegadas.
Fuente: Banco de España. Autores: Alicia de Quinto, Laura Hospido y Carlos Sanz.